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daniel lebrato obra publicada 1987-2007

¿Quién como yo? (1996)

DANIEL LEBRATO

 

 

 

QUIÉN COMO YO?

«Miguel significa ¿Quién como Dios? Él venció al Demonio y es el defensor de la Santa Iglesia.»

(Misalito Regina, 1952)

 

 

 

«Dijo también Dios a Abraham: A Sarai, tu mujer, no llamarás más Sarai.» (Gén. 17,15)

 

 

 

Hay distancia más inmensa de Dios a hombre

que de hombre a muerte.» (Luis de Góngora)

 

 

 

Quién como yo?

Hermosa es la condena, libre,

ser el rebelde primero de la Historia.

(Juan Cobos Wilkins)

 

 

 

 

A la sonrisa del ángel etimológico

que, cuando nadie lo ve, hojea

y establece un plan alrededor

De los nombres de Cristo

 

 

 

 

ES TANTA LA DISTANCIA ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES,

que el Misterio se avino a expresarse en imágenes

comprensibles y, Eterno de Paciencia,

dejó correr milenios mucho antes de imponer

su Monarquía. Suavemente fue declarándose:

primero con el Sol, con la Lluvia y el Trueno

que enseñaron al Hombre su tamaño; después

mediante metonimias de un Olimpo que puso

para siempre fronteras a la Inmortalidad.

Fue su plan que los dioses olímpicos ‑banales-

cayeran en los vicios más humanos, que prudentes

varones predicasen que a tanto dios faltaba

una Moral: sería la hora y la misión

para el Único. El cual, al enérgico modo,

dio principio a sus Tiempos nuevamente creando

el Mundo de la Nada y guardando para Sí

las llaves de la Ciencia (hombres y dioses ya

definitivamente desposeídos). Pero Dios

-que es como se nombra modernamente el Único-

vio pronto que los hombres sin Ciencia y Teogonía

se aburrían; que incluso despolvaban antiguas

debilidades, como adorar becerros de oro

mientras Él dictaba las Tablas de su Ley.

Inventa pues los ángeles -rebaja, en cierta

forma humana, a sus excesos de Espíritu- y se

mezcla con los mortales; cede también Divinidad

a los profetas, hombres que distraerán al pueblo

con sus milagros. Así, hasta su esfuerzo más didáctico

que fue sin duda el Cristo de Nazareth, la máxima

humanidad que Dios pudiera permitirse.

De Cristo, escribe Borges: «nos ha dejado

espléndidas metáforas». No obstante

la de la Cruz defrauda por tan obvia y

tan enorme distancia entre Dios y los hombres.

 

EDITORIAL

 

 

 

Pues y qué menos que confundido en-

tres nubes de alta montaña ser

rayos y truenos en zarza incandes-

cente, con lo que es este oficio

raro de la palabra. Sólo un

mandamiento os doy: existe el Diez.

 

LUZ DE AGOSTO (LA CREACIÓN)

 

 

 

I.

 

 

Ponedle Tierra Firme, que no es otra

la estirpe de su abrazo

 

 

II.

 

 

Dureza del diamante que retrasa

su destino bajo tierra

Acaso duda del engaste

que le tienes prometido

 

 

III.

 

 

Ha de vérsele venir bajo forma de golpe

de mar que inundara una bahía

como herida manantial, como flamígero

alfanje de un ángel

                           exterminador

Luego será la cínica sonrisa, el gesto duro

cinematográficamente aprendido

hipocondrías que fingen y no niegan

que su víctima lo enamora

 

 

IV.

 

Dolor: cristal severo que nunca anduvo

en las orillas de Murano, parteluz

y arena de mis días, qué habré de agradecerte

mientras viva y hasta las últimas

consecuencias de la Tierra

 

A lo mejor este azar

que dándote vida destruyo

 

 

 

V.

 

 

Ponedle Tierra Firme, y que la patria

y el nombre que le han sido

                                                   dados

se disuelvan en sus labios con suave

acento de extranjero

 

SI FUÉRAMOS EL VERBO

 

 

 

 

(LUNES)

 

Si fuéramos el Verbo, qué tontería

hacernos carne, separar

las tierras de las aguas y éstas

a su vez en ríos y en océanos

los días de las noches, las cosas

en tres reinos, quitarle a nadie

una costilla, en fin

 

Nos bastaría con la luz

 

 

 

(MARTES)

 

Si fuéramos el Verbo, quién nos dice

que en un descuido no perdemos

el almanaque de los seis días, la bolsa

de los truenos o el librito de alquimia

 

por hacer la espía del ángel apremiado

que viniera a aliviarse a la sombra

del árbol del Paraíso

 

 

 

(MIÉRCOLES)

 

Si fuéramos el Verbo, a buenas horas

distinguir un árbol de la ciencia

del bien y del mal de un árbol

de la vida. Pero puestos

ya en agriculturas, pediríamos

ser pientes la manzana

que el otro mordería

 

 

 

(JUEVES)

 

Si fuéramos el Verbo, no querríamos

hacer de nuestro llanto universal

diluvio, aunque -eso sí- nos gustaría

jugar entre las zarzas, ser

la chispa de la vida

 

 

 

(VIERNES)

 

Si fuéramos el Verbo, a saber

la serie de los números, la ese

del plural, los endecasílabos

la fecha de este día

un milímetro de más

y la palabra más, Borges, la cábala

el pentagrama, el Pentateuco

las cifras del Diluvio y del Sinaí

el pan ácimo, la leche desnatada

el uno, el dos, la Trinidad

 

 

 

(SÁBADO)

 

Si fuéramos el Verbo, que un funcio-

nario piense los mandamientos, dicte

a patriarcas duros de oído libros

y libros hasta cuarentaitantos

 

Los encuaderne en pasta y nos dé

los renglones torcidos

 

 

 

(DOMINGO)

 

Nos bastaría con la luz, pero si el Verbo

a pesar de todo insiste y se hace carne

ojalá distinga los distritos, las tarjetas

de visita en los buzones, toque el timbre

y habite entre nosotros

 

QUIÉN COMO YO?

 

DICEN QUE LLUEVE SOBRE EL CAMINO DE DAMASCO

y que las aguas son del río de Sanlúcar

o del viejo Tiberíades

como la luz que al persa deslumbró

la víspera imposible de Salamina

está en las últimas pupilas de almadraba

del mar en Sancti Petri

 

Que arde Beirut como tus piernas arden

y se derrumba un muro de Berlín a Jericó

 

DE SANTO EL HUESO QUE EN LA MANO, FALANGE

o metacarpo resiste y no se rompe

si colérica expulsa de tu cara

como templo mercaderes

 

NO ESPECIE PROTEGIDA, NO CÁLCULO

de paloma ni rama tierna de olivo

te quiero. Sí

fleco de diluvio, color

octavo de arcoiris

 

MÁS QUE CUMPLIR LOS NOVECIENTOS

sesenta y nueve años, hasta el fin

en mi cajita de nácar el anillo

rosado como el día

de tu primera circuncisión

 

PÍDEME SI QUIERES FIBRA DE LAS VENAS

plaquetas de esta sangre, agujas

de navegar desde mis ojos, iri-

sada seda de diafragma o pabellón

de mis orejas. Nunca

labor de cestería, recogido

mimbre donde bordar tu nombre

salvado de otras aguas

 

BAJARÁ EL ÍNDICE FEBRIL BUSCANDO LOS ARCANOS

del pecho, allí donde la ardiente zarza

no se consume y un pan de miel

para los labios rebosa

Ganará la mano en osadía cuando atraviese

el mar rojo de la camisa y siga entonces

la ruta de caravanas del vello más suave

 

Y así la cremallera levante sus almenas

no habrás de detenerte hasta la tierra prometida

 

CON LAS DOS MANOS, ÉSTAS

que dieron cielo a un príncipe

en sus pirámides, busco

frutales horizontes y, ajeno

a todo vértigo, divido

como pulpa con las uñas

en dos las aguas, doy

crédito al milagro y

la espalda a los egipcios

 

GRADO AL CRIADOR QUE HIZO POSIBLE Y

más largo que el índice acusador otro orden

trinitario de falanges con que ahora

donde nadie ha llegado llego

y te bendigo

 

RADIANTE ESTÁ LA CELDA DE HOSPITAL

donde Juan de Yepes escribe lejos

de tu noche oscura, no tórtola

ni paloma, no tampoco

ventalle de azucenas

 

Como ignora tus vaqueros y tus tizas

de colores, la blusa donde ahora

tus tetas son para el apártalos

amado dos mellizos de gacela

 

LIBRO DE SARAI

 

 

 

ALFA

 

A la hora de elegir a quien iba a ser

Primer Sumo de los sumos sacerdotes

Dios parece como un maestro perezoso

que mira la lista, busca un nombre y saca

a la pizarra al primero que encuentra:

Aarón

 

 

Y OMEGA

 

De Zworýkin, Vládimir Kosma, físico usa

de origen ruso, inventor de un curioso iconos-

copio, sabemos también que, aunque de joven

fuera siempre el último de la clase, una rara

y ortográfica lealtad hacia su lengua

materna le vale hoy día para cerrar

enciclopedias como la Espasa o la Británica

 

 

NO8DO

 

El trazo que, perezoso, cifre su pereza

en la madeja del ocho aprende

por qué grafía y símbolo confabulados

trabajan contra él: ni el arcoiris

tuvo cifra semejante, ni Dios

nada que hacer ese día

 

LUZBEL

 

 

 

Espejo y gota y agua

cristal o arena rota

altura y vuelo: vértigo

Amor de Luz

 

Terrible la caída si es

nostalgia de otros tiempos

mejores: Tú

 

GÉNESIS C

 

 

 

He aquí el día de la mudanza: fue

la cópula terrible y se agradece

el sol de manera distinta. Un agua

desconocida nos inunda, nos inunda

 

Dirán que fue debilidad femenina

Pecado original le llamarán soberbia

 

PRIMUS CIRCUNDIDISTI MIHI

 

 

 

A todas luces lúcido, lujurias

una jungla de jaurías: jurarías

tu alma por un lujo de prejuicios

y prepucios de muchachos

 

PRIMERA COMUNIÓN

 

 

 

Con habilísima lengua,

recibir tu candoroso

centro, frágil pan de un alba en

mi saliva, hacerte mío en-

tonces, mío. Asegurarme

que ha conseguido no herir-

te mi torpe dentadura,

que mi paladar es leve

cielo al gusto tuyo, como

de algodón mi garganta hasta el

suspense del nunca visto y

más sublime trago. Cuerpo

de Cristo, escuela de amor

única

 

ÁNGEL EXTERMINADOR

 

 

 

Republicano o bolchevique ha de

ser el virus que igual ara la san-

gre de hermosos príncipes primogénitos

con las primeras crías de las bestias

y las esclavas primíparas

 

HOSPITAL MATERNAL

 

 

 

La criatura fronteriza que contra humano

            pronóstico

sobreviva y se salve

juntará si es que puede

una tras otra las cuatro letras de tu Nombre

y dará luz

al rostro milenario que te atribuyen

piedades y hermosuras

 

Puzle más feroz si la criatura exige

un segundo milagro

                                    y cirujano

 

HIJO DE MI DOLOR, ERES ÚLTIMO

molde del vientre y los aperos

En tu estirpe reconozco nombres

que me sonaban desde antiguo y que

apenas entendía: muero, soledad

o en plenilunio, llévame contigo

mi señor. Es decir la vida larga

de dolores que aún no te sabían

Benjazmín cumplido de una juventud

que más parece orgullo que otra cosa

(Verdad más leve la que me ocultan

las parteras, y que esta jerga impropia

que nada tiene que ver contigo)

 

SACRIFICIO DE ISAAC

 

 

 

Ea, padre, la leña, el cuchillo

afilado en la piedra, la piedra

todo altar, todo dispuesto

Dése prisa (dejo llorando

por mí a una muchacha), no me diga

que ésta es otra broma de mal gusto

 

CUESTIÓN DE MÉTODO DEL HIJO PRÓDIGO

 

 

 

Calcáreas, cada vez a más murmullos

las voces, o a caracolas, aspiran

Escucha el mar aquí o allí la foto

del adiós, aquel pañuelo donde

las lágrimas, cosa fácil, las olas

de tiernas miradas. Pero qué débil es

también esa señal, como de vieja

galena, clandestina, o distinguir

qué pierdes si te vas de lo que nunca

si decides quedarte será tuyo

 

TENTACIÓN DEL PATRIARCA

 

 

 

/Judá y Tamar/

 

Lo que en rito de inocencias de inocencias

de paternas vigilancias has perseguido

desde siempre por los pasillos por la luna

oblicua de los roperos o la caída

negligente del albornoz que se entreabre

con lavanda cada vez que me inclino sobre

tu sillón y te beso y virtuosa pronuncio

buenas noches

 

HORAS DE SARAI

(Génesis, doce y diez)

 

 

 

Como varón prudente, este caudillo

de los de a medias entre la virtud

y el hambre de su pueblo- no ha tenido es-

crúpulo en darme al faraón, después de

ganarse a costa mía los favores

de guardia y gente de palacio: «Dema-

siado hermosa, no mi mujer; dirás

que eres mi hermana». Y ya sin

tribulaciones de cornudo, puso

negocio y prosperó en mercaderías

Tanto que, vuelto en su virtud, hoy todo el

mundo pasa por su tienda y él ni si-

quiera quiere pasarse por la mía

 

JUDIT

 

 

 

No es difícil celebrar la sangre en

manos blancas -que diréis que no ofenden-

hermosas de heroína, y mucho menos

regocijarse por el hombre que perdió

la cabeza un poco antes que vosotros

 

Brindad, sí, pero os juro

que así será de aquel que con dos copas

de más pase por mi tienda una noche

y se me duerma igual que este

hijo de puta se ha dormido

 

ABSALÓN

 

 

/Fray Luis/

 

De bulbos obstinados o de navajas

barberas, como de un hilo, pende

la vida cuando el hombre

huyendo de alopecias (ya sabéis)

de un falso leño se confía

 

VISIÓN DE BABILONIA

(Soneto XXIII)

 

 

 

Si aquella vena del oro, Garci

laso, de la cabeza da un torso

de plata y si en tanto que de ro

sa la edad ligera corre al vientre

de bronce sobre piernas de hierro

por qué hacer mudanza en su costumbre

y azucena a vuestros pies de barro

 

JOSÉ

 

 

 

Si el hombre aquel

perito en vacas

pudo leer

gordas y flacas,

diría al rey

lo que faltaba:

 

Aquel desliz de Liz

de liciosa Cleopatra

 

ARTE RETÓRICA LA DEL QUE SUEÑA

su pesadilla como los reyes

antiguos, con esa mesura

que en cláusulas matemáticas

-pies, acordes- ofrece a la lírica

vigilia tanta. Y qué más da

el adivino: más que el fondo

de la visión, cuenta contarla

sin defraudar al público y oír

el pronóstico sin tampoco

perder la compostura

 

NO EN CAMPOS DE ZAFIRO PACE ESTRELLAS

licántropo este rey que ejemplifica

la Gesta Romanorum y el Libro

de Patronio: por ahí anduvo

siete años como buey deforme

a su realeza; porteros de palacio

lo habrán aspaventado y a saber

qué tiro de carretas o rocío

perfile su nostalgia, qué musgo

sintético rumiará por los pesebres

que en navidad lo acerquen a Belén

 

CABEZA DEL BAUTISTA, I

 

 

 

Acápite el afán de hembra que se asoma

sin vértigo a un balcón de cervicales

y carótidas del masculino tronco

separadas

 

igual que de su nácar, fresquísimo, un

molusco, o entre vocales cuerdas,

seductora, la sístole de una sílaba

ya incrédula del mundo esterno-

cleidomastoideo

 

CABEZA DEL BAUTISTA, II

 

 

 

Dichoso aquel al que la vida en estreno

estrictamente privado da una última

película que dilata para el mito

el número contado de sus días

 

Cráneo privilegiado si en bandeja

o nitrato de plata su retina retiene

contra el frío esa fruición veloz

de ver el que, ya octavo, velo, vela

lo macabro de las danzas de la muerte

 

LUCAS SIETE TREINTAISÉIS

(ensayo de perspectivas)

 

 

 

(1)

No ha previsto el huésped agua de sal en la jofaina ni beso de paz en el vestíbulo, ni fue mi frente ungida con óleos perfumados. Yo

 

(2)

                                                                                   he de lavar tus pies con lágrimas balsámicas y en mis cabellos enjugarlos. Nadie guarda para ti labor más primorosa. Ignora

 

(3)

                                                 que su estancia aquí peligra por Ley de Extranjería, que habita en casa llana de extramuros, que según

 

(4)

                                                              Lucas: en Mag-dala o en Betania aquella mujer había cono-cido siete veces siete príncipes demonios

 

SUCEDIÓ UNA NOCHE

 

/Frank Capra, 1934/

 

 

 

Murallas de qué noche, Clark Gable

Claudette Colbert, si afónicas

o estériles trompetas, moder-

namente jericoces

 

QUÉ HABRÁ PENSADO...

 

 

 

(ADÁN)

 

 

Qué habrá pensado Adán camino del destierro

después de haberle dado, Juan Ramón,

Intelijencia el nombre exacto de las cosas

 

(SARAI)

 

 

Qué habrá pensado Dios el día de la enésima

alianza al prolongar su nombre al venerable

Abrám, y qué Sarai (princesa)

muerta aún de celos por esa esclava egipcia

oyéndose llamar por el esposo, más breve, Sara

 

si el Lázaro no se adentra en ideologías

del metaplasmo y el asunto apenas

se comenta en círculos yavistas

 

(LA MUJER DE NOÉ)

 

 

I.

 

Qué habrá pensado la legítima del patriarca

la víspera del Gran Convite

viéndose

invadido el hall, llena la casa- dándole

a tanto huésped cuarenta días

de lluvia y sin mercado

de comer

 

 

II.

 

Cosas de hombres, por mucho

que Alguno ande entre los pucheros

 

(BARRABÁS)

 

 

Qué habrá pensado, ya en capilla

el hombre aquel convicto de homicidio

y de motín contra el imperio al oír

su nombre en boca de la plebe

 

y luego pasos por los húmedos

verdines de la piedra que a él lo salvan

de la cruz a punto como el otro

de cumplir los treintaitrés

 

(EL BUEN LADRÓN)

 

 

El día de las moscas pegajosas

a las llagas y de la orina

incontinente como el llanto

de cuatro mujerucas

 

qué habrá pensado Dimas, mucho

antes de verse celebrado en la

liturgia o por Juan de Mesa

imaginado un viernes santo

como Bueno (él, que tuvo fama

de torpe en su barrio y tantas

veces en poder de los romanos)

 

cuando el hombre de a la

izquierda del palo miserable

ya por su propio peso casi

descoyuntado- va y le dice

no se sabe qué de un paraíso

 

(TRINIDAD)

 

 

I.

 

Qué habrá pensado el padre, el mismo

que se hizo carne y como carne ahora

es hijo, cuando se tarda el espíritu y

lo mismo duele, centurión, un golpe

de lanza en el costado que, oh

más duro que el mármol a mis quejas,

padre, padre, por qué me has abandonado

 

 

II.

 

Como si tú mismo fueras como quien

dice el mismo prójimo al que dicen que

se ama como dicen a uno mismo que uno

mismo se ama dicen como si fuera

el prójimo uno mismo como quien dice

ama al prójimo como a ti mismo amén

 

(SERMÓN DE LA MONTAÑA)

 

 

I.

 

Qué habrán pensado los humildes

pastores, las rameras, los esclavos

fronterizos al imperio, nubios

leprosos o tullidos

ellos

con esa pinta el día

de la resurrección

 

 

II.

 

El día de la resurrección, tú y yo

qué imagen de estos años, qué traje

de gala elegiremos

 

SI

 

 

 

 

 

 

 

a/

Si fuera yo el espejo en que te miras

Tu sola imagen yo

mi semejanza

 

 

 

b/

Si quien nombra se apodera un poco

como Adán de las cosas que

se nombran, amor mío

 

 

 

c/

Si el ángel de mayo fidelísimo

a sí mismo tensara nuevamente

el músculo para el abrazo, cuál

ha de ser tu número, nocherida

que nunca cicatriza

 

 

 

d/

Si fuera yo la playa de los naufragios

de anoche, azogue para la bolsa

de tus ojos, vaho, propósito

de enmienda, saliva espesa

tos

primer cigarro del día

 

 

 

 

e/

Si fueras tú el jardín donde los días

ajenos a su nombre no cuentan

ni son siete, donde nada

ni la Creación pudiera distraerme,

yo sería

párpado leve o azúcar de cristal

del agua de tu sueño morador

insomne

 

 

 

f/

Si fuéramos el Verbo no tendríamos

que traducir lo que nos pasa ni, a página

perpetua condenados, faltarían

rúbricas como tus ojos, equivalentes

minúsculas a tu boca salmarina

 

 

 

g/

Si la noche de Babel confundiera mi lengua

como río que hacia el mar se pierde en la marisma

así también

reuniría yo el curso de la sílabas

que en tu nombre únicamente desembocan

 

 

 

h/

Si acudieran mis labios al agua de tus labios

y ese agua

fuera más dulce que la ley que a mares muertos

me condena si volvieras

la cara y en un beso te confundes

del grupo de los justos que salvan las ciudades

 

i/

Si las palabras te parecen oscuras

como escolares pizarras o tan claras

que borran el misterio imprescindible

date prisa y mira:

 

Gente hay que ahora mientras hablamos

funde sus anillos de oro y no menos

ceremoniosos que nosotros

entre sí se idolatran, se idolatran

 

 

 

j/

Si vienes a por mí, que a la primera

sea la vencida: de otra forma

el mínimo corpúsculo, de Meissner

suponte, de Pacini o de Krause, podría

organizar la resistencia

 

 

 

k/

Si la Noche de los Primogénitos viniera a

      destronarte

y el solo antídoto eficaz frente al exterminio

      fuera

marca de inmolada sangre en los dinteles

bastaría tu lengua

lanceolada como hisopo en el menor de mis labios

para inundar tu barrio de hematíes

 

 

l/

Si nos sorprende la luz en indeciso combate

que el ruido de la guerra nos ahorre

la superficie de las palabras

 

No me dejes caer en la tentación

de la ternura que trae la aurora

ni digas si te pregunto

cuál es tu nombre

 

Haz tú también como la luz:

Tiñe de rojo tharsis mi cintura

 

 

 

m/

Si lloras a mis pies es que no hubo

diluvio universal ni más precioso

lienzo si enjugara

mi llanto en tu cabello

 

 

 

x/

Si por mi amor quisieras delatarte

no un trazo de arcoiris

ni un toque de carmín

te bastarían

 

 

y/

Si fueras tú el espejo de los caprichos

que en nácar o en carmín dibujan

los días y las horas

 

 

 

z/

No habrá Aurora L'Oreal, sí Passo

Honroso de la Edad por tu cabello

de ángel

 

PRIMER JINETE (LAS FIERAS)

 

 

 

Bucéfalos, pegasos, clavileños

Memorias de cartón

piedra y purpurina

para el jinete de la infancia

triste en los tiovivos

 

SEGUNDO JINETE (LA PESTE)

 

 

 

Caballos de vapor, fiscales

del jinete ciudadano que no salva

puentes ni estadísticas, que -huyendo

el mundanal- ruïdo encuentra y su fin

un fin cualquiera de semana

 

TERCER JINETE (LA ESPADA)

 

 

 

Intravenosa la ciudad infierno y paraíso

de cristal corona escarchas princesa hemoglobina

tras lúcido jinete a ritmos coronarios como

            un viaje

por el azar de la amatista inoxidable y si

            duermes

 

no más adorable dama de esta noche perfumes

por última frontera caballero en plata espejos

países hipodérmicos lindos para violetas

metálicas y apoteosis te imaginas

 

el abrazo del infierno sicofármaco muy frío

o más paraíso y beso que arterial como heroína

 

CUARTO JINETE (LA BALANZA)

 

 

 

Habrá un caballo azul de seda manriqueña

para el jinete de los olvidos

                           Su canción

de cuna y olas sabe ya de nosotros

lo que supo por Orfeo, por los caídos

en Actium o en Trafalgar y está en las proas

atónitas de los bárbaros, en el saco

roto de los conquistadores

 

como en los últimos versos de Alfonsina:

«Voy a dormir, que no insista, que he salido...»

 

Y para qué un mástil como tuviera Ulises

embetunado mimbre, bondadoso

leviatán o espejo

 

MANE TÉZEL FARES

 

 

 

Qué otro idioma profeta de entre líneas

de las manos sin esfuerzo traduce: cuento,

peso, divido, si la cuenta está echada y

quiere la balanza su fiel perdido cuando

contra nosotros naciendo bien o mal que

cien años dure?

 

MANE

 

 

 

Cuando el matador y tú lo mismo preferís en el reparto, afán de retorno o victorioso botín, uno de los dos verá ante sí las líneas de un exilio que ni el más exquisito protocolo en donde llegue podría suavizarle, ni es bálsamo bastante el privilegio de figurar una vida distinta, desconocido en tierra ajena. Prisionero el corazón de la espada que no esgrime, como espejo mágico a su acero pregunta por el hilo cicatriz que, descosido, daría plasma heroico hacia un exilio más íntimo. No un destino por delante, matador. No un segundo caudillaje cuyo final conoces, aburrido

 

TÉZEL

 

 

 

Gusta que reconozcan tu nobleza. Que, de tu pueblo, la estirpe de la sangre te distinga: Príncipe en el exilio. Que un Jefe de Eunucos quiera nacionalizarte como suyo, modificar tu nombre, extranjero. Paje de lujo a los quince años, un preceptor severo te hará cursar el Relox de Fray Antonio de Guevara, los arduos tratados de Saavedra o Rivadeneyra. Hasta que, a solas y a escondidas, tu deleite de aprendiz se mire en otros espejos de príncipes rebeldes. Oyes el sueño de más jóvenes cautivos, la transgresión de esa noche y por costumbre te lo cuentan. De día, observador, desde la corte viviseccionas el régimen político de los bárbaros, su rudo despotismo, los hábitos pueriles del talión, y callas. Tu fama de analista crece. Un rey te solicita. Pero dónde tu pueblo cautivo. No basta que reconozcan tu nobleza

 

FARES

 

 

 

Morir sin conocer el fin del cautiverio. Prisionero siempre, qué recuerdo cuando la memoria hurga en los catorce con faros antiniebla, no perdona. Pierde el orgullo de tu nombre. No como él: Renuncia a la cordura del insomnio y confórmate con la común proporción de las vigilias. Juez es Dios. Tú sueña el fin del cautiverio y ocupa mientras puedas un lugar entre los tuyos

 

BUSCAS A ROMA EN ROMA?

 

/Quevedo, André Gide/

 

 

A saber si la una -como orgullosa

de su Cloaca Máxima- financió un día

(Audas, Ditalcón, Minuros) el juego

sucio en Lusitania, si desde el sótano

de la otra se alimentaron doxias

heterodignas de fuego y anatema, teologías

de la liberación

Si amor o conveniencia

juntan, Fabio, estas de admiración

romas traiciones y herejías

 

CRUCIFICCIONES

 

 

/Borges, Buly/

 

Corría el año del Señor. Seguramente

el imaginero discurre entre los tres o

cuatro clavos (Pacheco: Visiones de Santa

Brígida) sobre la tabla de la policro-

mía románica, más veraz que el triángulo

gótico. Duda que resistan radio y cúbito,

que verosímilmente pise el uno al otro

pie sin ir allá como miriñaque triste

tanto metatarso. No le ayudan los cuatro

evangelistas. No le sirven los apócrifos

y muy poco la versión siria del de Rábulas.

Cuando cree que termina, es nada, se equivoca:

a saber si la greña baja por derecho

o izquierdo lado, si aún conserva la corona

de espinas o qué lienzo disimularía

la mórbida cadera, el muslo mortecino.

Con ojos piadosamente yertos o en órbita

(como quien ya vislumbra concilios, vidrieras,

viernes santos), tal vez se da a ensayar futuras

iconografías, el fin. Ante esos ojos

dios y artista se confunden, pues a ninguno

de los dos le cabe la gloria en la cabeza

ni otro destino que inventar el paraíso

 

SI LA MANO DEL PEREGRINO QUISIERA RENDIR VIAJE

y ritual o virtuosa hollase el parteluz

como es costumbre

no habrá descanso para él o confundido

será que no ha llegado al pórtico de tu gloria

 

 

SERÁ QUE NO HA LLEGADO AL PÓRTICO DE TU GLORIA

quien confundido duerme en su posada y acaricia

un sueño de futuros finisterres

donde acaso su bordón

a ciegas tienta bajo el cielo de otros ábsides

vértice o sillar la órbita intocada

girola de una víspera de cripta deliciosa

 

 

GIROLA DE UNA VÍSPERA DE CRIPTA DELICIOSA

no descifra láudano que pueda aliviar su vigilia

ni ningún óleo -por final- generoso

Sí el error

que cometido tiene un precio y es justo

por los claustros románicos del insomnio

como quien busca el jubileo

 

 

QUIEN BUSCA EL JUBILEO DESATIENDE

la fatiga del camino y el avance

del miedo entre dos posadas. Inmune al

dolor de las criaturas, no ve el círculo

terrible de la Peste y de San Lázaro

Su cuerpo purifica con agujas

de manantial y allí donde la piel

inventa paraísos meretrices,

cortesanos, no se olvida. Ni escucha

las quimeras de las gárgolas cuando

toda la lluvia de occidente es

piadosa letanía o carcajada

 

DE HOY MÁS YA MENSAJERO

 

 

 

1/

Su cifra, su misterio

su madrugada cruenta

están en ti

que apenas luz ya vencido

como Jacob lucharas

y no sabes

 

 

2/

Nostálgica y fidel, Sarai

mastica a pesar suyo las migajas

de los manteles del noveno

auto de la madre Celestina

o para el caso miserables

cáscaras de altramuces como

el omne bueno aquel del conde

Lucanor, enxiemplo diez

 

 

3/

Sarai: quiere el que vuelve decir

con su regreso un nombre, nunca

lo que se sabe: la historia

toda, el crimen cometido

 

 

4/

Sonríe, porque si

hubieras sido el Verbo

es decir- creador

de un alfabeto, nadie

serías si tu nombre

no está en las páginas

amarillas de Babel

 

Un Jurado presidido por Rafael Alberti concedió a ¿Quién como yo? Accésit del IX Premio Nacional de Poesía que lleva su nombre, siendo el noventa y uno cumpleaños del poeta, 1993. Hay en el libro cosas para, por o de Juan Lebrato, Carlota Moya de Alarcón, Carmen Castillo, José Antonio Moreno Jurado, Juan Cobos Wilkins, Con Dados de Niebla, El Sobre Hilado, J.J. Díaz Trillo, Héroe de su herida, Valle Rubio Monge, Jesús Aguado, Antonio Jiménez Casero, El morador insomne, Rafael Pérez Estrada, María Dolores González Cantos, Cristina Peri Rossi, José María García López y  El Fantasma de la Glorieta.

 

 

 

 

 

 

CAPRICHO DE UN DIOS CÍNICO, EL INCISO

FUGAZ DE LA ESCRITURA BUSCA -A OSCURAS-

LA BURLA DE LA BURLA DE BABEL.

Y ASÍ LA NOCHE TRAIGA SU INDULGENCIA,

 

SU OFICIO EL ESCRIBIENTE, SU LEALTAD

LA IMPRENTA CUMPLIDORA, VENGA EL VINO Y

BRINDAD POR LA MEMORIA DE UNAS HOJAS

NO MENOS OTOÑALES QUE VOSOTROS,

 

JARDINES DE AGUA DULCE Y DE GLORIETA.

OS QUIERE ESTE FANTASMA, QUE ES UN ÁNGEL,

MAS SI LO VEIS PARTIR A OTROS JARDINES

 

-YA DÓCIL VINO DULCE EN VUESTROS LABIOS-,

NO OS DUELA SU SILENCIO: NO ES PRECISO

HABLAR CUANDO UNO ESTÁ EN EL PARAÍSO.

 

 

 

 

 

a Pilar. Sevilla, 1996

 

 

 

 

 

Se terminó de imprimir el día 14 de agosto de

1996, XXXVIII aniversario de la muerte de

Juan Ramón Jiménez, siendo Presidente

de la  Excma. Diputación Provincial

de Huelva don Domingo

Prieto García

 

 

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